23.2.09

Incunables


Se llaman incunables (del latín incunabulum, cuna) los impresos en caracteres móviles desde los orígenes del arte tipográfico hasta 1500 inclusive. El término latino, aplicado a una categoría de libros, fue empleado por primera vez por el librero holandés Cornelio van Beughem en el repertorio que tituló Incunabula typographiae (Amsterdam, 1688). La toma de esta fecha como punto divisorio no deja de ser arbitraria, ya que los libros impresos de los primeros años del siglo XVI no dejan de presentar las mismas características que los incunables y porque la imprenta no apareció ni se desarrolló al mismo tiempo en todos los países.

Las características más señaladas de los incunables son:

a) Imitación de los manuscritos. Los primeros libros impresos trataron de parecerse todo lo posible a los manuscritos, ya que esta era la forma de libro a que el hombre del siglo XV estaba acostumbrado. Así, utilizan la letra gótica, abreviaturas -aunque nada las hacía necesarias-, los incipts, etc. Las iniciales se dejaban en blanco con el fin de que fueran realizadas más tarde por especialistas: no es difícil encontrar incunables donde las iniciales no se llegaron a poner nunca. También carecían de portada: la primera es la del Calendario de Regiomontano, en 1470, aunque algunos autores mantienen que al primera portada data de 1500.

b) Se impone la letra romana, de la mano de los humanistas italianos, más legible y fácil de entender. Poco a poco se van abandonando las abreviaturas.

c) Las primeras ilustraciones se hacen xilografiadas. El primer libro con ilustraciones xilografiadas es una colección de fábulas de Albert Pfister (Bamberg, 1461).

d) La lengua mayoritariamente utilizada es el latín (45%), seguida del italiano, alemán, francés, inglés y español.

e) Los temas son religiosos en el 45% de los casos. Le siguen los temas de literatura (30%), clásica, medieval y contemporánea y el resto se reparte entre diversas materias.

A final de siglo se habían impreso unos 10.000 títulos, lo cual indica la velocidad con que la imprenta se extendió por Europa.

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